miércoles, 18 de mayo de 2011

Los líos de faldas de Zeus

Todos conocemos al dios gracorromano Zeus (Júpiter, en Roma), jefe supremo de los Dioses y mortales y dios del cielo y los cambios atmosféricos. Zeus está presente en un gran número de mitos de la Antigüedad y ha sido fuente de inspiración para artistas de todos los tiempos. Pero sin duda, la mayoría de representaciones del dios en la historia del arte son las que lo muestran con sus numerosas amantes.
Así que en esta ocasión os voy a hablar de los innumerables líos de Zeus y su plasmación en el arte. Este tema ha tenido mucho éxito cuando lo he expuesto en público, espero que a vosotros también os guste.
A continuación os muestro un listado con las principales amantes de Zeus, tanto diosas como mortales, y su correspondiente descendencia.
UNIÓN CON DIOSAS
  • HERA: Ares, Hebe e Ilitia
  • DEMETER: Perséfone
  • LETO: Apolo y Artemisa
  • MAIA: Hermes
  • METIS: Atenea
  • MNEMOSINE: las Musas 
  • TEMIS:  las Horas (personificación de las estaciones) y las Moiras (personificación del destino)
UNIÓN CON MORTALES
  • ALCMENA: Herákles (Hércules)
  • DÁNAE: Perseo
  • ELECTRA: Jasón
  • EUROPA: Minos
  • IO: Épafo
  • LEDA: Clitemnestra, Helena, Cástor y Pólux
  • SEMELE: Dionisos
Zeus tuvo relaciones con muchas más mujeres y diosas, pero aquí os voy a contar sus líos más famosos y sorprendentes. He de decir que puede que conozcáis otra versión de los mitos que os voy a contar, pero es normal, estos mitos son muy antiguos y con el tiempo han ido variando o modificándose según el autor que los llevó a papel.
ZEUS Y HERA
Vamos a empezar por la esposa legítima de Zeus, Hera (Juno, en Roma), que era a la vez su hermana. Ambos tuvieron varios hijos: Ares/Marte (Dios de la Guerra), Hebe (Diosa de la juventud) y Ilítia (diosa protectora de los partos y la maternidad). La diosa tuvo que lidiar constantemente con los devaneos amorosos de Zeus. Sus celos provocaban una ira descontrolada que la hacían ser temida por todos/as. Se dice que cansada de ver la gran descendencia ilegítima de su marido, decidió tener un hijo ella sola, Hefesto (Vulcano), al cual tiró del Olimpo debido a sus deformidades. La mitología está llena de historias que reiteran el carácter celoso y castigador de Hera, pero no es menos cierto que también muestran el profundo amor que tenía por Zeus y por la protección de su familia.
Júpiter y Juno, James Barry (1790-99)
Es curioso que siendo la esposa legítima de Zeus, Hera sea la menos representada junto a él en la historia del arte. En las ilustraciones tenemos al matrimonio en dos obras bien distintas. Por un lado se representa a la pareja en un bajorrelieve del siglo V a. C. y por otro en una pintura al óleo realizada por James Barry, donde ambos aparecen en una actitud muy cariñosa.
ZEUS Y METIS
Nacimiento de Atenea, cerámica griega
 (s. V a. C.)
En esta ocasión Zeus se empeñó en conquistar a la titánide Metis, la cual se quedó embarazada al poco tiempo de estar con él. Los oráculos anunciaron entonces, que daría a luz a una niña, y más tarde a un niño que destronaría a Zeus. Así que el dios, recordando que él mismo había cumplido una profecía similar al luchar contra su padre Cronos, se comió a la embarazada para terminar con la amenaza. Pero en la curiosa digestión, el feto siguió su proceso y, al cabo de nueve meses, Zeus comenzó a sentir fuertes dolores de cabeza y a sufrir desesperadamente. Al verlo en tan penosa situación se acercaron a él el resto de las divinidades del Olimpo, que pidieron ayuda al dios herrero Hefesto. Éste no se lo pensó dos veces y le abrió el cráneo de un golpe. Todos los dioses se sorprendieron al observar que por la violenta trepanación salió la triunfante Atenea, armada de pies a cabeza, dando un grito desgarrador.
Nacimiento de Atenea, cerámica griega
(s. V a. C.)
La relación entre Zeus y Metis prácticamente no aparece en el arte, pero si el nacimiento de Atenea, que es muy representando en la cerámica griega del siglo V a. C. sobretodo. También lo plasmó Fidias con una extraordinaria calidad en el frontón oriental del Partenón, con Helios y Selene, ocupando los extremos del frontón en sus respectivas cuadrigas, Dionisos (Baco), Afrodita (Venus) recostada sobre Artemisa y Leto, que sostiene una lira. Respecto a la sección central del frontón, hoy desaparecida, sabemos, gracias a descubrimientos recientes, que Zeus aparecía entronizado, de frente y que, junto a él, estaban las divinidades de mayor rango, entre ellas Hera y, por supuesto, Atenea.

Nacimiento de Atenea, Fidias (s. V a. C.)
ZEUS Y LETO
Leto da a luz a Artemisa y a
Apolo en la isla de Delos (c.A. 1580)


Zeus comenzó a sentir una especial predilección por Leto, diosa de la noche, y la celosa Hera no lo podía permitir; así que como castigo la desterró a vagar por la tierra, no sin antes amenazar a aquel que la ayudara. Leto no estaba sola, pues estaba embarazada de dos niños, que serían muy poderosos, según había pronosticado el oráculo. Cansada y sedienta, se acercó a un estanque para refrescarse, pero unos hombres, mandados por Hera, se introdujeron en el agua y movieron todo el lodo del fondo hasta hacer el agua imbebible. Esto propició la ira de Leto quien le suplicó llorando a Zeus que infringiera un terrible castigo a los crueles mortales. Zeus los transformó en ranas gigantes como castigo. Cuando llegó la hora del parto, Hera lo intentó impedir pero finalmente nació Artemisa/Diana (diosa de la Luna) que rápidamente se volvió adulta y asistió a su madre en el parto de su hermano Apolo (dios del Sol). Hera continuó con su plan y consiguió que Gea creara a la serpiente Pitón para que devorara a los hijos de Leto. Apolo creció entonces rápidamente y venció a la serpiente con su arco. Después de este combate, el dios fue nombrado como su principal guardián y poseedor del poder de saberlo todo y verlo todo (de ahí que a las personas que conocen el futuro se les llamen pitonisas).
Leto, Johann Blaschke (1786)
Tenemos pocas imágenes que nos narren la historia de Leto. En la obra de Hermann Postumus aparecen los hombres convertidos en ranas gigantes y en la ilustración del s.XVI se representa el momento del parto: Leto está siendo asistida por unas mujeres mientras otras atienden a los mellizos, recién nacidos. En el grabado de Johann Blaschke aparece Leto huyendo de la serpiente Pitón enviada por su peor enemiga, con Apolo y Artemisa en brazos, todavía bebes. Y por último Rubens capta el momento en el que Apolo lanza una flecha a Pitón, acabando con ella para siempre.
Apolo y la serpiente Pitón, Rubens (s. XVII)
ZEUS Y SEMELE
Semele, Bernard Picart (s.XVII)
Semele, Jacopo Robusti (s.XVII)
Hera también forma parte de este triángulo amoroso compuesto por Zeus y su amante mortal, Semele. Hera, que no soportaba la infidelidad de Zeus, ideó un plan para eliminar a su oponente: utilizar la poderosa arma de la desconfianza. La Diosa se presentó ante Semele y le dijo que si Zeus no se mostraba ante ella con todo su esplendor, tal como hacía con ella misma, en realidad es que no la quería. Así que a la noche siguiente Semele le pidió a Zeus que se mostrara ante ella tal y como lo hacía con su esposa, y ya sea por demostrar su amor o por estar harto de estupideces y desconfianzas, se mostró similar a como lo hacía en los cielos. Se transformó en truenos, rayos y relámpagos, achicharrando a la sorprendidísima mujer que falleció en el acto. Pero Zeus había dejado su semilla unos meses atrás y rápidamente, y antes de que la mujer se consumiera, arrancó el feto y lo cosió a su muslo. Pasado el tiempo de gestación nacía Dionisos (Baco, en Roma). Zeus no se podía ocupar de su retoño y se lo entregó a Hermes el cual, a su vez, lo dio en adopción a una hermana de Sémele, pero ante el miedo que les producía Hera le volvieron a dar en adopción, esta vez a unas ninfas que criaron al futuro dios del vino. 
Semele, Sebastiano Ricci (s. XVIII)
Tampoco es de las más representadas la relación entre Semele y Zeus, aunque si el fruto de su unión, Dionisos o Baco. En el siglo XVI Jacopo Robusti plasma el momento en el que Zeus se le aparece a Semele rodeado de rayos y truenos. En el grabado de Picart unos rayos de fuego caen sobre la joven amante de Zeus, mientras éste observa la escena. En la obra de Sebastiano Ricci, Semele es sorprendida por la imagen de Zeus, que aparece en todo su esplendor, rodeado de una gran nube. Pero las pinturas más curiosas y sorprendentes son sin duda las de Gustave Moreau. En la obra de 1890 Zeus aparece sentado en un trono de decoración recargada , mientras Semele reposa en su regazo, desnuda y sumida en un éxtasis divino. A los pies del trono se ven figuras que representan la muerte y el dolor, la tragedia humana.
Júpiter y Semele, Gustave Moreau (1890)


Júpiter y Semele, Gustave Moreau
ZEUS Y DÁNAE
La lluvia dorada, crátera griega
 (490 a. C.)
Dánae concibiendo a Perseo
con la lluvia dorada de Zeus,
Gaspar Becerra (s. XVI)
La relación entre Dánae y Zeus abre el capítulo de las metamorfosis de Zeus para conseguir sus propósitos. El padre de Dánae, Acrisio, rey de Argos, recibió una predicción del oráculo en la que se le anunciaba que moriría a manos de su nieto. Para evadir al oráculo, y alejar a su hija de pretendientes, Acrisio decidió encerrar a Dánae en una torre de bronce con una vigilancia constante. Pero no contaba con la astucia y lujuria de Júpiter, que visitó a Dánae en forma de lluvia dorada y la sedujo. Fruto de esta unión nació el héroe Perseo, quien con el tiempo mataría accidentalmente a su abuelo con un disco, en la celebración de unos juegos. Una vez tras otra vemos que nadie puede escapar al destino. La imagen de Dánae fue empleada en la Edad Media como símbolo de castidad y ejemplo de la concepción de una virgen por intervención divina (prefiguración de la Anunciación).
Dánae, Tiziano (1553)
Danae, Joachim Anthonisz
Witewael
(s.XVI)
Dánae, Gustave Klimt (1907)
El momento de la concepción de Perseo es uno de lo más representados de la mitología. Artistas de todos los tiempos han plasmado esta historia en sus obras. Aquí os dejo 5 ejemplos de varias épocas, aunque el más conocido es el de Tiziano de 1553, Dánae recibiendo la lluvia dorada. Dánae aparece recostada en la cama con las piernas entreabiertas esperando recibir a Zeus, mientras su criada intenta evitar que la lluvia dorada penetre en su ama. 

ZEUS Y ALCMENA
Alcmena con Zeus convertido en
Anfitrión
Alcmena salavada por Zeus,
Crátera de Paestum (330 a. C.)
Zeus volvió a metamorfosearse para conseguir a Alcmena. Alcmena, una mujer que destacaba por su belleza, se casó con Anfitrión, con el que no pudo consumar el matrimonio hasta que volviera de la guerra. En su ausencia, Zeus se hizo pasar por él y tuvo relaciones con Alcmena. El dios alargó la noche para gozar de la mujer durante mucho tiempo, así que “al día siguiente”, regresó su marido, el cual se unió también a su esposa, que no se mostraba muy efusiva con su vuelta. Cuando Anfitrión comenzó a contarle con todo detalle las batallas que había librado, Alcmena le replicó que ya se lo había contado todo. Anfitrión, intrigado, le preguntó a un adivino y éste le reveló la verdad sobre la relación entre Alcmena y Zeus. Anfitrión deseó castigar a su esposa, a pesar de saber que ella no había tenido culpa en el asunto, y se dispuso a quemarla en la hoguera cuando Zeus intervino enviando una fuerte lluvia. Anfitrión perdonó a su esposa y decidió incluso hacerse cargo del hijo del dios, ya que Alcmena había concebido dos hijos, uno del dios y otro de su marido. Los niños eran gemelos con un día de diferencia, el mayor era Hércules, hijo de Zeus.
La historia entre Alcmena y Zeus tampoco se ha representado en exceso. En la pintura del s. XVIII observamos a Zeus transformado en Anfitrión, con la armadura, seduciendo a Alcmena y rodeados de puttis. Mientras que en la crátera del s. IV a. C. aparece Alcmena sobre una pira en el centro de la imagen, y su esposo dispuesto a quemarla viva. En la parte superior se representa a Zeus enviando la lluvia que salvará a su amante.
ZEUS E ÍO
Ío, Antonio Allegri (s. XVI)
Ío, John Hoppner (1785)
Personalmente esta es una de mis historias favoritas. Io, sacerdotisa de la diosa Hera, tuvo un sueño en el cual se le ordenaba que se entregara a Zeus junto a un lago. Ella, muy prudente, le contó a su padre el sueño, quien preocupado, consultó al oráculo, que le indicó que no había forma de escapar al destino y que debía cumplirse el sueño de la joven si no querían ser fulminados todos por un rayo. Ío fue al lago como se indicaba en el sueño, donde Zeus la amó convertido en nube. Pero como siempre ocurría con los amoríos de Zeus, de alguna forma llegaban a oídos de su celosa esposa Hera, y ante el peligro que la muchacha corría, Zeus decidió protegerla convirtiéndola en una ternera completamente blanca. Hera mosqueada, pidió que le regalase la ternera, y Zeus no tuvo opción. La diosa puso a la joven al cuidado de Argos, un pastor de cien ojos y Zeus la visitaba esporádicamente en forma de toro para poder amarla, hasta que comprendiendo el sufrimiento de Ío, decidió intervenir y le pidió a Hermes que la liberara. Hermes durmió a Argos con su varita mágica y luego lo mató cortándole la cabeza. Sin embargo, Ío no quedó libre, porque Hera convencida de la traición de su marido, envió un tábano para fastidiar a la joven ternera, que atormentada huyó hasta llegar a Egipto donde tuvo al hijo de Zeus. Ahí, recuperó su forma humana y se convirtió en reina del país. Cuando Argos murió, Hera colocó sus cien ojos en la cola del pavo real, como homenaje al guardián que tanto apreciaba.
Juno descubriendo a Júpiter con Ío, Giacomo Amigoni (1732)

Mercurio y Argos, Velázquez (1659)


Mercurio y Argos, Rubens (s.XVII)

Hermes durmiendo a Argos,
Jacob Van Campen

La relación de Ío y Zeus aparece en la historia del arte en muchas ocasiones, desde el momento en el que yacen juntos hasta el de la liberación de Ío por Hermes. Antonio Aleggri y John Hoppner muestran el momento en el que la mujer y Zeus, transformado en nube, se unen. Giacomo Amigoni representa a Zeus decubierto por Hera y a Argos cogiendo a Ío, convertida ya en ternera. Jacob Van Campen y Velázquez plasman a Hermes durmiendo al pastor, mientras que Rubens capta al dios mensajero, en el momento en el que le va a cortar la cabeza. Ya por último, el propio Rubens, al que le encantan las escenas mitológicas, representa a Hera colocando los ojos de Argos, ya muerto, en la cola de su animal favorito y principal atributo, el pavo real.

Juno y Argos, Rubens (1610)
ZEUS Y LEDA
Leda, mosaico romano
(s. III d.C.)
Leda y el cisne,
Leonardo da Vinci
(1510-15)
Otra de las relaciones más representadas de Zeus es la de Leda. Una tarde Leda, reina de Esparta, estaba en su jardín, junto al lago, y vio que se le acercaba un hermoso cisne. Nunca había visto un animal tan bello. El cisne llegó a la orilla y Leda lo acarició y lo besó y yació junto a él. Esa misma noche yació con su esposo y como consecuencia, puso dos huevos de los cuales nacieron cuatro hijos: Helena (la famosa Helena de Troya) y Pólux (inmortales, hijos de Zeus) y Clitemnestra (esposa del Rey Agamenón) y Cástor (mortales, supuestos hijos de su esposo).
Puede que la historia de Leda y Zeus sea la más representada de los amores de Zeus. Os pongo ocho ejemplos de varias épocas: desde el mosaico romano del s.III d.C. hasta Dalí, todos representan el momento en el que el cisne es acariciado por Leda.


Leda y el cisne, Tintoretto (1555)

Leda y el cisne, Auguste Clésinger (1864)

Leda y el cisne, Cezanne (s.XIX)

Leda y el cisne, Gustave Moreau (s. XIX)

Leda Atómica, Dalí (s.XX)

ZEUS Y EUROPA
Europa y el toro, kylix griego
(330-320 a. C.)

Europa, Moreau (1869)
Una de las metamorfosis más famosas de Zeus es la de toro. La princesa Europa jugaba con sus compañeras en la playa, cuando Zeus la vio y quedó maravillado por su belleza. Como Zeus sabía que Europa podía rechazarlo si se le presentaba naturalmente, se transformó en un hermoso toro blanco y fue a rendirse a los pies de la bellísima doncella. Primero, la joven se asustó, pero luego fue tomando confianza acariciando el lomo y montándose en la espalda del toro. Zeus inmediatamente se levantó y partió hacia el mar. Europa gritaba y se aferraba con fuerza a sus cuernos. Zeus se alejó de la playa y llegó a Creta. Los hermanos y la madre de Europa salieron en su búsqueda desesperados, pero no dieron con ella. Zeus logró su cometido y se unió a Europa, quien dio a luz a tres hijos del dios: Minos, Sarpedón y Radamantis. De todos sus hijos el más famoso es Minos, de cuya familia nacerá posteriormente el Minotauro, monstruo con cabeza de toro y cuerpo humano que permanecía encerrado en un Laberinto construido por Dédalo y se alimentaba de carne humana. El toro cuya forma había adoptado Zeus se transformó en una constelación y fue colocado entre los signos del Zodiaco y la propia Europa terminaría dando su nombre al continente europeo.

Europa, Rubens (copia de Tiziano)
Junto con Leda, Europa es una de las amantes de Zeus más representadas en la historia del arte. Por un lado tenéis la cerámica griega y por otro la famosa obra de Rubens, copia de Tiziano (s.XVII), sin olvidar la preciosa pintura de Gustave Moreau (1869)
ZEUS Y GANIMEDES

Ganímedes, Antonio Allegri
(1531)
El rapto de Ganímedes, Rubens
(s. XVII)
Para terminar pero no menos importante tenemos la relación entre Zeus y Ganímedes. Ganímedes era un joven muchacho que se ocupaba de cuidar los rebaños de su padre, y era el mortal más bello de todos los hombres. Un día, Zeus, que había conocido de su existencia, se fijó en él y se metamorfoseó en águila atrapando con sus garras al joven y llevándoselo al Olimpo. Como compensación por el rapto, su padre recibió unos caballos divinos y una copa de oro realizada por el gran Hefesto. En el Olimpo Ganímedes fue inmortalizado de manera infantil para siempre y jamás creció, ocupándose, además de para lo que Zeus dispusiese, de escanciar las copas en las largas veladas y encuentros de los dioses olímpicos, cargo sumamente honorífico. Hoy en día Ganímedes es el satélite más grande del planeta Júpiter.
Ganímedes y Zeus, vaso griego
(480 a.C.)
La historia de Ganímedes también aparece plasmada en el arte en muchas ocasiones. Os pongo dos ejemplos del rapto del joven de Antonio Allegri y Rubens y de su trabajo como copero de los dioses en los vasos griegos del s.V a. C.. 
Ganímedes, crátera (490-480 a. C.)
Existen muchísimas más obras de arte, a parte de las que os he mencionado, que plasman los amores de Zeus. Como habéis visto tenemos obras mitológicas desde la época clásica hasta prácticamente la actualidad y es curioso ver la interpretación que hace cada artista de un mismo mito. Como habéis comprobado, Rubens, es uno de los pintores que más trató las metamorfosis de Zeus, y lo veremos próximamente con otras obras mitologícas.
Si queréis conocer más sobre algún mito concreto os recomiendo el Diccionario de temas y símbolos de James Hall. La obra, dividida en dos volúmenes, ofrece un amplio repertorio temático del arte religioso y profano, y es una gran herramienta para definir y aclarar el lenguaje de los símbolos más habituales y de las figuras más populares en la pintura del arte occidental. La verdad es que a mi me sirvió de gran ayuda durante la carrera y hoy en día es para mí un libro de cabecera. Por último, otra recomendación, la web Ciudad Pintura, una pinacoteca virtual con  másde 120.000 obras pictóricas de todos los tiempos, clasificadas por Museos, Autores, Estilos y por Temas. Es una gran herramienta didáctica, donde podéis conocer más obras de tema mitológico.

Espero que os haya gustado esta primera entrada sobre mitología. Volveré con más historias para contaros


4 comentarios: