miércoles, 28 de diciembre de 2011

Desprendimientos en el Coliseo


El pasado lunes una paloma provocó el desprendimiento de parte de un arco del anillo exterior del Coliseo. Afortunadamente no provocó daños personales, pero éste martes se ha producido otro incidente que ha hecho saltar las alarmas y ha provocado la preocupación tanto de expertos como de aficionados al arte.
"Es indispensable y urgente intervenir para impedir que el Coliseo se convierta en una gran escombrera", dijo este martes Giovanni Puglisi, presidente de la Comisión italiana de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)".
Sin embargo, el servicio de conservación del Coliseo no quiere que cunda el pánico y ha desmentido que se hayan producido nuevos derrumbes. Dice que se trata de parte de uno de los desprendimientos que tuvieron lugar el mediodía del pasado 25 de diciembre. El cuerpo de bomberos se desplazó a la zona afectada y procedió a acordonar la zona, que suele estar llena de turistas. Pero poco después de estos hechos, un turista se apoyaba en uno de los terrazos del monumento, que se venía abajo, y que obligaba a cerrar al público, de forma temporal, una parte de su circuito de visitas.



Como sabéis, el Coliseo es el monumento romano más visitado de la capital italiana. Tres millones y medio de personas lo visitaron en 2009 y pagaron entradas por un total de 30,4 millones de euros. Pero su situación es delicada desde hace tiempo, con un total de 3.000 lesiones catalogadas por los expertos. En mayo de este año se desprendió un trozo de mampostería sobre una de las redes de control, y justo un año antes lo hicieron otros tres pedazos, de un total de medio metro cuadrado. En marzo de 2012 está previsto que inicien los trabajos de restauración del monumento, que durarán entre 24 y 36 meses. La restauración correrá a cargo del empresario Diego della Valle, el dueño de la firma de zapatos Tod's, que pagará 26 millones de euros a cambio de los derechos de la imagen del monumento.

Esperemos que las obras de restauración del edificio impidan que se produzcan más derrumbes, por el bien del arte, la historia y la cultura.

sábado, 24 de diciembre de 2011

¡FELICES FIESTAS 2012!

Os deseo unas muy Felices Fiestas y un próspero Año Nuevo, blogger@s.

Natividad, Lorenzo Costa (1490)


Espero que nunca os falte un sueño por el que luchar, un proyecto que realizar, algo que aprender, un lugar al que ir y alguien a quien querer.

JUDIT


miércoles, 26 de octubre de 2011

Venganza + Vanidad = La Guerra de Troya

Hola a tod@s!!! Hoy os quiero hablar sobre el mito de la Manzana de la Discordia y el famoso Juicio de Paris, que según la leyenda desencadenaron la Guerra de Troya.
LAS BODAS DE TETIS Y PELEO
Los padres de Aquiles, la nereida Tetis (divinidad marina) y el mortal Peleo, rey de los Mirmidones, celebraron una gran fiesta con motivo de sus nupcias, a la que estaban invitadas todas las divinidades, grandes y pequeñas. Invitaron a todas excepto a una, Érides, diosa de la Discordia, por temor a que su presencia turbara la armonía y la cordialidad de la fiesta.

Las nupcias de Tetis y Pelo, HendrikClerck, 1606-09
Bodas de Tetis y Peleo, Abraham Bloemaert, 1638
LA MANZANA DE LA DISCORDIA
Molesta por la desconsideración que tuvieron con ella, Érides decidió vengarse. Conocedora del poder de la vanidad femenina, a la que no escapan ni siquiera las diosas, tuvo la idea de lanzar sobre la mesa rodeada de comensales una manzana de oro con la inscripción: “¡Para la más hermosa!”. Y ocurrió lo que había previsto: las mujeres más próximas a la manzana se lanzaron hacia ella para intentar coger el fruto que valía una corona, un premio a la belleza.

Bodas de Tetis y Peleo, Jordaens, 1636
La manzana provocó una gran disputa en la que tuvo que intervenir el mismísimo Zeus (Júpiter). En ella estaban implicadas Hera (esposa de Zeus, Juno en Roma), Atenea (hija de Zeus, Minerva en Roma) y Afrodita (diosa del amor y considerada por muchos la más hermosa, Venus en Roma). Zeus consideró imposible tomar una decisión sin que las dos perdedoras se marcharan enojadas con él, así que con la ayuda del mensajero de los dioses, Hermes (Mercurio), trazaron un plan.
EL JUICIO DE PARIS
Paris, Van Dyck, 1632
Hermes conocía a un pastor joven y hermoso llamado Paris, un príncipe de Troya, que había sido criado como pastor a raíz de una profecía, según la cual sería el causante de la caída de Troya.
Hermes nombró al muchacho juez en la disputa. Educado en la inocencia de la vida pastoril, ignorando la perniciosa influencia del ambiente palatino, lleno de intrigas, y no conociendo otro sentimiento que el de la justicia, Paris pronunciaría su fallo y Zeus eludiría toda responsabilidad.
Hermes entregó la manzana a Paris y condujo al monte de Ida, lugar donde se erigiría el tribunal, a las tres “candidatas”, Hera, Atenea y Afrodita. El dios mensajero presentó a las tres diosas sin revelar sus respectivos nombres para no influir en el veredicto.
El joven pastor quedó sorprendido ante la hermosura de las tres divinidades: Hera descendió de su carro tirado por dos pavos reales, Atenea apareció vestida de guerrera con un rostro tranquilo y triunfante y Afrodita se presentó desnuda, con su cabello dorado y sin ningún adorno a parte de su preciosa sonrisa.

El Juicio de Paris, Rubens, 1639

Se produjeron muchos intentos de soborno: Hera le prometió tierras y riqueza, ser el soberano de toda Asia; Atenea le ofreció sabiduría y la victoria en los campos de batalla y Afrodita prometió recompensarle con el amor de la mujer más bella.
Finalmente Paris decidió entregarle la manzana a Afrodita, la cual le recompensó con lo prometido. Hera y Atenea se alejaron proclamando venganza hacia Paris.
Juicio de Paris, Watteau, s XVIII
Lo que muchos no saben es que Paris estaba casado con Enone, hija del dios-río Eneo, que más tarde se vengaría de la traición de Paris.
El Juicio de Paris es una tema muy recurrente en la Historia del Arte, y lo podemos ver representado en obras que abarcan desde la cerámica griega hasta el s. XXI. A continuación vamos a ver unos cuantos ejemplos con las diosas y Paris como protagonistas pero que varían dependiendo de la época y del autor.

El Juicio de Paris, vaso griego, s.V a.C.
El Juicio de Paris, mosaico romano, circa 500 d.C.

El Juicio de Paris, Boticelli, 1485

El Juicio de Paris, Cranach el Viejo, 1512-14 
El Juicio de Paris, Wtewael, s.XVI
El Juicio de Paris, Rubens, 1600
El Juicio de Paris, Rubens, 1632-35

El Juicio de Paris, Jaques-Clement Wagrez, s.XIX

El Juicio de Paris, Dalí, 1950


El Juicio de Paris, Mingote, 1994

El Juicio de Paris, Charles Bell, s.XX

EL RAPTO DE HELENA Y LA GUERRA DE TROYA

Helena, Fantin Latour, 1892
La decisión de Paris trajo graves consecuencias para su pueblo, ya que la hermosa mujer que entregó Afrodita al joven príncipe era Helena (hija de Leda y Zeus, recordáis), la esposa del rey de Esparta, Menelao. Enviado a hacer tratos diplomáticos a Esparta, Paris se enamoró de Helena y, con la ayuda de Afrodita, la raptó o la sedujo (dependiendo de quién lo cuente), y la llevó de regreso a Troya como esposa, por lo que todos los reyes y príncipes de Grecia fueron llamados a cumplir su juramento y recuperarla. Algunas fuentes indican que Helena no fue bien recibida en Troya, otras dicen que casi todos los hombres se enamoraron de ella debido a su belleza divina y que fue ésta la causante de los males que sufrió la ciudad.

Venus induce a Helena el amor por Paris, Kauffmann, 1790
El amor de Paris y Helena, David, 1788

Rapto de Helena, vaso griego

El Rapto de Helena, sepulcro romano


El Rapto de Helena, fresco veneciano


El Rapto de Helena, Primaticcio, 1530

Rapto de Helena, Guido Reni, s. XVI-XVII
Las fuentes que nos describen la Guerra de Troya son La Iliada de Homero y La Eneida de Virgilio. Los dioses tomaron partido en uno y otro bando y controlaron los destinos de los guerreros: Atenea, Hera o Poseidon ayudaron a los griegos y Afrodita o Apolo a los troyanos. En Troya lucharon los mejores y más grandes guerreros de la época: Héctor, Aquiles, Ulises, Áyax, Néstor, etc. Troya se vio sitiada durante casi diez años, hasta que Ulises urdió un plan para entrar en la ciudad sin ser vistos: el famoso caballo de Troya. La ciudad fue finalmente saqueada e incendiada.
El caballo de Troya, fresco romano
Tras la caída de Troya, Paris, que resultó herido, volvió arrepentido con su esposa Enone, que aunque experta en las artes medicinales se negó a curarlo, así que el joven príncipe murió, mientras que Menelao fue al encuentro de su esposa con la intención de cumplir su propósito de venganza, pero la visión de su belleza lo paralizó, y volvió con ella a Esparta, donde ambos llevaron en lo sucesivo una plácida existencia.
En el arte la guerra de Troya se representó con frecuencia en la pintura de los vasos griegos; el arte renacentista y barroco recurrió a ella en pocas ocasiones y volvió a hacerse popular en el período neoclásico, a finales del s. XVIII.

Muerte de Héctor por Aquiles, Rubens, s.XVII

Héctor conducido a Troya, sepulcro romano

El caballo de Troya, Lovis Corinth, 1924


El incendio de Troya, Collantes, s XVI-XVII

LA VERDAD SOBRE LA GUERRA DE TROYA
Homero recopiló hacia el siglo VIII a.C. los relatos de una tradición oral que cantaba las gestas de una guerra que enfrentó a la ciudad de Troya con una coalición de estados griegos. Una guerra que había ocurrido cinco siglos antes y que fue la última gesta de una civilización poderosa cuyo rastro desaparecería de la Historia poco después hasta que hace poco más de un siglo se reencontró.
El incendio de Troya, Alessandro Tiarini, 1577
En 1870 un comerciante alemán invirtió parte de su cuantiosa fortuna en demostrar que la guerra de Troya no era la fantasía de un poeta. Schliemann viajó a Turquía y exploró la costa de los Dardanelos (en el noroeste de la península de Anatolia) con La Ilíada en la mano, siguiendo fielmente las indicaciones que dio Homero sobre el emplazamiento de la ciudad y dedujo que ésta sólo podía hallarse en la colina de Hissarlik; compró la colina y comenzó a excavar.
La gente se rió de él hasta que consiguió cambiar el curso de la Historia descubriendo y desenterrando las imponentes ruinas de Troya. Después viajó a Grecia donde desenterró Micenas, Tirinto y otros lugares considerados hasta entonces "fantasías de Homero", y sólo su muerte en 1890 le impidió descubrir y desenterrar Cnossos en Creta.
Sin embargo, la obra de Homero, como toda obra literaria, no es estrictamente "histórica" en sus detalles, ya que, si bien se apoya en un hecho real, es evidente que la historia de la guerra está enormemente adornada por un montón de dioses que se pasean ayudando a unos y otros e interviniendo directamente en la lucha y personajes que, como Ulises o Helena y demás son hoy fruto de acalorado debate sobre si son personajes históricos o "extras" añadidos por Homero para darle más color a la obra.
Sea como fuere, el trasfondo que cuenta y canta Homero es real. Existió una ciudad llamada Troya, existió una cultura griega micénica, y existió una guerra. Puede que la causa de la guerra no fuera que la princesa griega Helena dejara plantado a su marido el rey Menelao, hermano del gran rey Agamenón y se fugara con Paris a Troya. Lo más probable es que los griegos se cansaran del monopolio comercial que ejercía Troya en el único acceso posible al mar Negro y decidieran solventar esa cuestión comercial a hachazos.
A continuación voy a dejaros un documental que explica mucho mejor que yo lo que fue la Guerra de Troya, las ruinas encontradas por Schliemann, etc. Tiene 7 partes pero no es muy largo.











Bien, ¿qué os parece, pensáis que podría librarse una guerra por amor o que en realidad el problema fue simplemente político y comercial? La verdad es que me gusta mucho más la opción del mito, ya se libran muchas guerras por política y dinero, no creéis?? Además el amor es lo que tendría que mover el mundo, no la política.
Por cierto, ¿¿¿no encontráis cierta similitud entre la historia de la manzana de la discordia y la película de Disney, La Bella Durmiente??? En la peli los reyes invitaron a las hadas a la fiesta en honor al nacimiento de la princesa Aurora, a todas excepto a una, Maléfica, que irrumpió en el castillo molesta por no haber sido invitada, y lanzó a la princesa una maldición.
Bueno, ¿qué nos ha enseñado este mito? Que las mujeres siempre tenemos la culpa de todo: según los mitos y leyendas somos vengativas, vanidosas y adúlteras, mira, igual que en la Biblia. Como se nota que en aquella época sólo escribían los hombres. Otra cosa que hemos aprendido es que no podemos escapar de nuestro destino. Nuevamente vemos un mito en el que el protagonista intenta eludir el destino y cae en sus garras, como es el caso del rey Príamo, el padre de Paris, que intenta abandonarlo a su suerte, por la profecía que indicaba que sería el causante de la destrucción de su patria.
¿Os ha gustado este mito? Espero que si. Volveré pronto con nuevas historias con los dioses y mortales como protagonistas. Un saludo!!!

viernes, 21 de octubre de 2011

El Coliseo: un gran espectáculo a la vista

Hola a todos/as, tal y como os prometí en la entrada sobre mi viaje a Roma, os voy a hablar del Coliseo, uno de los monumentos más visitados de Italia y del mundo, y nombrado una de las nuevas siete maravillas del mundo.


CREACIÓN DEL COLISEO

Roma poseía el anfiteatro Statilio Tauro realizado en el año 29 a. C. y ubicado en el Campo de Marte, pero fue destruido tras el famoso incendio sufrido en el año 64 d. C. y que las películas atribuyen al emperador Nerón. 

La ciudad necesitaba un nuevo anfiteatro, por ello el emperador Vespasiano, de la dinastía de los Flavios, decidido a complacer al pueblo de Roma, tan voluble y traicionero, dedicó una parte sustancial del botín obtenido en su gran campaña militar en Judea, a la construcción del mayor Anfiteatro del Imperio en el año 72 d. C. 

Recreación del Coliseo y de la estatua dorada de Nerón 

El lugar elegido no fue casual: Vespasiano hizo derruir una gran parte de la Domus Aurea, el palacio erigido por Nerón, y desecar el lago contiguo. Esto sólo puede ser interpretado como un gesto populista, dirigido a contentar a la plebe, ya que en lugar de erigir su Anfiteatro en las afueras de la ciudad, como hubiera sido normal, prescindió de unas edificaciones imperiales y lo construyó en pleno centro de Roma. 

El edificio se extendía hacia Oriente, y se encontraba dentro del distrito o Regio III, llamado “Isis y Serapis”. En la antigüedad se conocía con el nombre de Anfiteatro Flavium, puesto que en su construcción participaron los tres emperadores de la dinastía Flavia. No se le llamó Coliseo hasta el s. VIII. 

Se piensa que la palabra “Coliseo” deriva de Coloso, y hace referencia a la gigantesca estatua de Nerón que se encontraba en los jardines de la Domus Aurea. Sin embargo, lingüistas de reconocido prestigio creen que fueron las propias dimensiones del anfiteatro las que originaron esta denominación: “Colosal”, en latín colossicus, en griego kolossaios. 

INAUGURACIÓN

Las obras duraron aproximadamente diez años. Tito continuó con las obras iniciadas por su padre Vespasiano, y sin estar plenamente terminado se hizo la inauguración en el año 80 d. C.. Se piensa que la celebración se realizó para apaciguar al público romano y a los dioses, pues el mandato de Tito comenzó con varios meses de desastres, como la erupción del Vesubio y la destrucción de ciudades como Pompeya o Herculano, un incendio en Roma que destruyó varios templos y un brote de peste. 

Maqueta con la reconstrucción del Coliseo y el Ludus Magnum 
Tito inauguró el edificio con unos juegos gratuitos para la plebe que duraron más de cien días, con luchas entre animales en la sesión de la mañana (Dion Casio cuenta que en el curso de los juegos inaugurales "animales, tanto adiestrados como salvajes, perecieron hasta alcanzar la cifra de nueve mil”), ejecuciones de criminales alrededor del mediodía y una sesión de tarde reservada para los combates de gladiadores y la recreación de batallas famosas.

El edificio se concluyó durante el mandato de Domiciano, hermano de Tito, el cual terminó todos los pasadizos subterráneos y edificios anexos como el Ludus Magnum (cuartel de los gladiadores), el Ludus Gallicus, el Ludus Dacius y el Ludus Matutinus, la Castra Misenatium (cuartel donde se encontraban los marineros expertos miembros de la flota del Cabo Miseno, que tendían las curdas del toldo) o el Armamentarium donde se guardaba el armamento, los decorados, etc. 

ARQUITECTO

El arquitecto es anónimo ya que el emperador lo consideraba como un simple funcionario. No fue una única persona, debieron ser al menos cuatro. Está hecho a distintos ritmos, dividido en cuatro partes, por lo cual se piensa que cada uno dirigía una de estas partes. 

MATERIALES

En su edificación se utilizaron diferentes materiales, dependiendo de su función: el exterior estaba realizado en travertino, la estructura era de ladrillo y hormigón, las gradas destinadas a los senadores eran de mármol, y el graderío más alto o la plataforma que había debajo de la arena eran de madera. 

DIMENSIONES Y CAPACIDAD

Recreación del exterior del edificio 
Como todos los anfiteatros, su forma es oval. La entrada principal estaba en el norte y llegaba directamente a la Tribuna Imperial o Pulvinar. Sus dimensiones eran de 188 x 156 m. y su altura era aproximadamente de 48’50 m. 

Se calcula que el aforo de este edificio rondaba entre los 50.000 y los 70.000 espectadores, contando con que había de 45 a 50 gradas y que muchos se colocaban de píe en la parte de arriba, una vez comenzado el espectáculo. 

El exterior estaba rodeado por una acera de unos 15 metros de ancho hecha de travertino, y en el borde de ésta había una serie de postes llamados cipos hechos también de travertino de 1’75 metros, circulares y con la parte de arriba inclinada hacia adentro. Tenía unas estrías en la parte del interior para sostener y tensar las cuerdas del toldo. 

EXTERIOR Y VELARIUM  

El edificio estaba dividido en cuatro pisos: los tres primeros eran iguales, compuestos por 80 arcadas cada uno, la principal estaba en el centro del lado Norte y conducía al Pulvinar o palco imperial. 

Los tres pisos se diferenciaban en la decoración arquitectónica, ya que la fachada estaba ornamentada mediante la sucesión de órdenes clásicos: el primer piso estaba compuesto por semicolumnas de orden  toscano, el segundo por semicolumnas de orden jónico y el tercero de orden corintio. El cuarto piso o ático tenía semipilastras de orden corintio. Encima de los órdenes se disponía una especie de arquitrabe (el jónico imitaba el arquitrabe de fascias) que servía de base o podio para el siguiente orden. 

Velarium
El ático tuvo 80 paños o lienzos de muro, 40 ventanas y 40 lienzos sin ventana donde había unos escudos de bronce dorado, llamados Dipeos, sujetos por grapas. Había tres ménsulas por paño (240 ménsulas en total), que sobresalían, con un agujero en la parte superior para sostener los 240 postes de madera que sostenían el gran toldo llamado velarium.  El Vexillatio era el destacamento de marineros que extendían el toldo. El mecanismo mediante el cual se colocaba el toldo era muy admirado. Tenía que estar sujeto a todos los postes y tensado mediante unas poleas por fuera del edificio en los cipos. El toldo estaba compuesto por una serie de porciones de tela de forma triangular, por lo que se podía cubrir el espacio por sectores. Lo que no se sabe es si se doblaba o se plegaba como un abanico. La vela era una pieza suntuosa bordada en oro y plata. Hay quien dice que estaba pintada de color azul y por dentro tenía estrellas, otros dicen que tenía colores vivos y algunos piensan que habían motivos históricos y mitológicos. La magnificencia de algunos emperadores llegó a que desde el velarium cayera una lluvia de pétalos seguido de agua con finos aromas, llamada Sparsiones.

El Vexillatio extendiendo 
  
Recreación del edificio con el Velarium extendido

ENTRADA

Entrada al edificio
El Coliseo tenía 80 entradas, 76 numeradas. La entrada principal, la norte, era la del pulvinar y no estaba numerada al igual que la sur, donde había una tribuna destinada a las vestales, magistrados, etc. El Pulvinar y la Tribuna sur estaban comunicados con unos pasajes subterráneos: Pasaje de Commodo, al que le dio nombre el emperador del mismo nombre (el malo en la película de Gladiator), que vestido de gladiador, pasaba desde el palco imperial, por un corredor que comunicaba con los subterráneos, para tomar parte en las sangrientas luchas). Tampoco estaban numeradas las entradas del este y el oeste: la porta Libitinensis (por donde retiraban a los numerosos cadáveres resultantes de las peleas entre gladiadores y ejecuciones y la porta Trunphalis, por donde salía el paseo triunfal. Bajo estas puertas también había pasajes que comunicaban con el Ludus Magnum, el armamentarium, etc. 

La numeración de las arcadas comenzaba justo al lado de la puerta sur y continúa en el sentido contrario a las agujas del reloj. Se han conservado las entradas correspondientes a los números del XIII al LIV. La entrada principal estaba entre la puerta XXXVIII y XXXIX. 

Se piensa que la entrada a los espectáculos era gratuita. Los espectadores poseían la entrada o tessera en la cual estaba el número de la puerta por la que tenían que entrar, que era la más cercana a su localidad. Se piensa que también se indicaba si ese día iba a haber toldo o no, mediante la frase ”VELA ERUNT”(habrá toldo). Había empleados llamados locaril o dessignatores, que vigilaban el buen orden y distribución de las localidades, siendo jefe de ellos un funcionario llamado Villicus amphitheatri.

ESTRUCTURA INTERNA

Pasillo del edificio
El Coliseo tenía tres anillos concéntricos: dos corredores elípticos iguales y el tercero que sostenía todas las bóvedas inclinadas del graderío. En el interior había 4 corredores elípticos concéntricos hechos con ladrillo y hormigón, cubiertos con bóvedas corridas de cañón o de arista, reforzadas con arcos fajones y recubiertos de stucco. La madera se utilizó para construir las cimbras que formarían la bóveda. 

El graderío estaba compuesto por entradas y salidas llamadas vomitorios. Cada cuatro arcos había una escalera con los escalones recubiertos de mármol o travertino.
Restos del graderío del edificio
El muro límite entre el graderío y la arena se llamaba Balteus, hecho de hormigón y recubierto de mármol y mosaicos, con una altura de 6 metros. Estaba provisto de numerosas ventanas y nichos adornados con estatuas. A partir de este muro partía el graderío, del que hoy en día no queda prácticamente nada. Siempre que se realizaba un espectáculo se montaba una red de máxima seguridad para los espectadores que se encontraban en las primeras filas, y así evitar que saltase cualquier fiera. La red era gruesa y medía 10 metros de altura, con colmillos de elefante en la parte de arriba. Además, había unos nichos en el Balteus de trecho en trecho, donde se colocaban unos arqueros, por si de todas formas saltaba alguna bestia. 
 
Sectores de la cavea
Los espectadores se distribuían según su categoría social. La ley de Augusto llamada Ley Roscia indicaba donde tenían que sentarse los espectadores y decía que las mujeres, que estaba mal visto que acudieran a estos espectáculos, debían sentarse en las últimas gradas. Aunque se piensa que las mujeres adineradas debían esperar la autorización del emperador para poder compartir los sitios de las vestales en el pudium. El graderío estaba dividido por varios sectores: 


PODIO O PODIUM: es el primer sector. En el centro estaba la tribuna imperial o Pulvinar. Había cuatro gradas o escalones muy anchos para poder colocar las sillas tijeras o gradus. Éstas estaban destinadas a las grandes familias patricias, las Vestales, los pretores y los principales magistrados y demás personas ilustres. Este primer sector estaba recubierto de mármol y tenían la inscripción con el nombre en el respaldo. Cuando el dueño del asiento se moría se rascaba su nombre y se colocaba el nombre de otro. 


PRAECINTIO: era un pasillo que dividía dos sectores. 


MAENIANUM PRIMUN: destinado a los tribunos y ciudadanos distinguidos. Tenía 8 gradas o escalones. 


PRAECINTIO 


MAENIANUM SECUNDUM IMUN: sector segundo bajo. Había más gradas, unas 25. Sería la Media Cavea. Estos asientos estaban reservados a los determinados gremios de profesionales y lugares de procedencia. 


MAENIANUM SECUNDUM SUMMUM: sector segundo de arriba. Para la plebe masculina. Tenía unos 15 escalones de ladrillo. 


PRAECINTIO 


MAENIANUM SUMMUM IN LIGNIS: estaba destinado a las mujeres y era de madera. 


Las gradas tenían cada vez más inclinación para facilitar la vista. Se piensa que cuando el espectáculo estaba empezado se dejaba subir gente arriba del todo, pero estaban de pie. 

Había un sistema de limpieza y encauzamiento de agua a base de una red de pozos y canales que conducían a una cloaca. Tenía 12 metros de profundidad y era de forma anular. En ella se han encontrado monedas, trozos de madera, joyas, semillas, telas, etc.

EL HIPOGEO O SUBTERRÁNEOS

Hipogeo o subterráneos del Coliseo
Los subterráneos, que gracias a Dios si se han conservado, tenían una profundidad de 7 metros. El fondo del pavimento era de ladrillo: opus spicatum. 

Falta todo lo que era la plataforma de madera, encima de la cual se encontraba la espesa capa de arena, procedente de las canteras situadas en el Monte Mario, cerca de Roma. El hecho de que la plataforma fuera de madera provocó que hubiera muchos incendios. 

Los muros eran de piedra y hormigón. El eje central de los muros medía 75 metros y el pasillo central 4’5 metros de ancho. A continuación iban otros dos pasillos más estrechos y luego los muros iban adaptando una forma más ovalada. La pared tenía unos vanos que facilitaban la elevación de una plataforma de madera con la que aparecían de manera sorprendente en la arena diferentes elementos del espectáculo. En los lados se han encontrado una serie de nichos, que se piensa que eran jaulas para las fieras. A partir del s. IV el pasillo central se llenó todo de fango y se tuvieron que colocar unos tablones por todo el pasillo, en forma de “L”, para no mancharse.

Recreación de la arena


 ESPECTÁCULOS 

Los espectáculos propios de estos edificios eran varios y se mantuvieron durante todo el Imperio, y se representaban en escenarios con árboles, edificios y estructuras movibles: 

LA VENATIO: eran las luchas entre fieras o entre un hombre y una fiera. En el Coliseo se ofrecían espectáculos como animales inteligentemente adiestrados y fieras hambrientas, la mayoría importadas de África, como rinocerontes, hipopótamos, elefantes, jirafas, leones, cocodrilos o avestruces. Había hombres tras unas jaulas de seguridad que tiraban flechas y lanzas a los animales hasta que agonizaban y morían. Se solían celebrar por la mañana.  

EL MUNUS: eran las luchas entre gladiadores. Se solían celebrar por la tarde. En vísperas del espectáculo se realizaba un gran banquete (cena libera) entre gladiadores, que para muchos era su última comida. Esta cena era pública en el sentido que la gente podía dar vueltas alrededor de la gran mesa para apreciar a los contendientes y así ver por quién apostarían. Al día siguiente los gladiadores desfilaban vestidos con ricos trajes púrpura y dorado, saludaban al emperador con una lúgubre y trágica exclamación:“Ave Caesar, Morituri te salutan”.  

El perdedor suplicando clemencia 

El público hacía las correspondientes apuestas y experimentaba un extraño y bárbaro placer con la victoria de sus favoritos. El vencedor en la contienda consultaba al emperador y éste a los espectadores al tiempo que estos agitaban sus pañuelos, extendían sus pulgares, gritaban ¡Mitte! (Sáquenlo) o, por el contrario, ¡Ingula! (Mátenlo). Entonces, el emperador tranquilamente levantaba su pulgar hacia el pecho y de esta manera ordenaba la muerte del gladiador perdedor. El ganador era premiado con platos de plata cargados con piezas de oro y preciosos obsequios. Llevando consigo los presente, atravesaba corriendo la arena bajo la ovación de la multitud. 

Las luchas entre gladiadores tuvieron posiblemente un origen religioso, ya que en un principio, sólo se celebraban en caso de funerales de personalidades importantes. Más tarde pasó a ser un deporte sangriento que fascinaba a casi todo el mundo, ya que escasas fueron las voces de protesta. Los gladiadores eran en su mayoría esclavos o condenados que eran adiestrados en escuelas especiales con el único fin de dar un buen espectáculo en el momento de combatir en la arena. Los gladiadores podían obtener la libertad si sobrevivían y el público lo permitía así.

LA NAUMAQUIA: durante los primeros días del Coliseo, los escritores clásicos decían que el edificio se usaba para la naumachiae o simulaciones de batallas navales. Las fuentes que nos cuentan los juegos inaugurales que hizo Tito describen que la parte inferior se llenaba de agua y nos cuentan una recreación de una famosa batalla naval entre griegos. Se piensa que en la arena había un completo sistema de drenaje, conectado a cuatro imponentes cloacas y que servía para evacuar el agua tras los espectáculos navales. Sin embargo parece ser que ya Domiciano, abandonando la idea de la naumaquia, pavimentó las cloacas y colocó en la arena los montacargas para los combates de gladiadores.  

LA NUMERAS: eran las ejecuciones o sacrificios humanos, donde se asesinaban personas que estaban condenadas a muerte como prisioneros de guerra o criminales. Se solían celebrar entre las luchas de animales y las peleas de gladiadores. Pese a lo que muchos piensan, en el Coliseo casi no hubo ejecuciones de cristianos, el Circo Máximo era el lugar donde se solían realizar. 

Martirio o ejecución de los cristianos
HISTORIA 

El Coliseo fue empleado por los emperadores para sus grandes eventos, que se celebraban a gran escala, como lo que cuentan de Trajano, que celebró sus victorias en Dacia (107) con unos juegos que duraron 123 días y que incluyeron a 11.000 animales y 10.000 gladiadores. 

Se sabe que el emperador Adriano celebró grandes fiestas en él. También que bajo el mandato de Macrino, cayó un rayo en el edificio que incendió toda la parte superior provocando graves desperfectos en la estructura. Una medalla con la efigie de Alejandro Severo recuerda que este emperador inauguró de nuevo el Coliseo. 

Con la llegada de Constantino al poder (313) y la imposición del cristianismo como religión oficial, las masacres paulatinamente entraron en desuso hasta prohibirse definitivamente en el 407, manteniendo la atención del pueblo mediante las luchas de fieras, las últimas de las cuales se mencionan en el año 523, bajo la orden del rey godo Teodorico. 

A finales del siglo VI se construyó una pequeña iglesia dentro de la estructura del anfiteatro y la arena se transformó en un cementerio. Algunos escritores cuentan que el Coliseo aún se conservaba en excelentes condiciones durante el siglo VIII. Después fue reutilizado como refugio, fábrica, sede de una orden religiosa, fortaleza y castillo de familias nobles, y lo peor de todo, cantera. El gran terremoto de 1349 dañó severamente la estructura del edificio, haciendo que el lado externo sur se derrumbase. Muchas de esas piedras desprendidas fueron reutilizadas para construir palacios, iglesias (incluido el Vaticano), hospitales y otros edificios en toda Roma. Un conocido dicho latino reza Quod non fecerunt Barbari, fecerunt Barberini (lo que no hicieron los bárbaros, lo hicieron los Barberini, que construyeron su palacio con restos del Coliseo). También se utilizó para quemarlo y obtener cal. El expolio de piedras continuó hasta 1749, año en el que Benedicto XIV consagró el monumento como lugar santo en memoria de los mártires cristianos allí ejecutados.

Veduta del Colosseo, Johann Christian Reinhart 
Lo que mucha gente no sabe es que cuando el Coliseo entró en decadencia la vegetación se hizo dueña de él. Y no pasó mucho tiempo para que ésta también fuese estudiada: desde mediados del siglo XVII, se llevaron a cabo varios inventarios tanto de las raras como comunes hierbas y árboles que allí crecían. En 1855, el del naturalista inglés Richard Deakin contó unas 420. Había árboles de higos, perales, cerezos, olmos, olivos y muchas otras plantas cuyas semillas en algún momento llegaron del resto de Europa, Asia y África, pegadas al pelaje de las fieras, con esclavos o con la comida de los numerosos viajeros que acudían a ver el espectáculo. La alfombra de vegetación que cubrió por siglos el Coliseo le dio un toque romántico: basta decir que inspiró a escritores como Stendhal, Byron, Mark Twain, Dickens, Emile Zola y Henry James, entre otros. Tras varias limpiezas, la vegetación entró en retroceso. 

El Coliseo, Piranesi, 1772 

En el s. XIX comenzaron una serie de obras para estabilizar muchos monumentos antiguos. En 1820 Valadier construyó varios contrafuertes por orden del Papa Pio VII, que son claramente distinguibles hoy día, y sin los cuales el edificio probablemente se habría derrumbado. Durante todo el siglo se sucedieron obras de consolidación y mejora, en un proceso que aún continúa.

Aunque la estructura está seriamente dañada el Coliseo siempre ha sido visto como un icono de la Roma Imperial y es uno de los ejemplos mejor conservados de la arquitectura romana. El Coliseo ha tenido una influencia innegable en el diseño de estadios e infraestructura deportiva a través de los siglos, e inclusive hasta hoy los principios básicos de su composición son repetidos en todo el mundo. El edificio es una de las atracciones turísticas más populares de la moderna Roma y aún está muy ligado a la Iglesia, ya que el Papa encabeza hasta el Coliseo el via crucis cada Viernes Santo. El Coliseo es uno de los monumentos más famosos de la antigüedad clásica y fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1980 por la Unesco. 


EL COLISEO EN EL CINE

Como siempre tengo una referencia al cine. El Coliseo ha sido escenario de muchas películas en la historia del cine, se me viene la mente la maravillosa Vacaciones en Roma, pero como protagonista indiscutible tengo que mencionar la película de Gladiator:

Como ya sabéis en Gladiator de Ridley Scott (2000) se recreó el Coliseo por ordenador y en ella podéis ver cómo debió ser su interior, sus pasadizos, la forma en la que subía la plataforma, cómo eran las escenografías, las recreaciones de las batallas, etc. También se puede ver como el emperador organizaba juegos para poder ganarse a la plebe. Un gran fallo que le veo, a parte de que muchos de los edificios que rodeaban al Coliseo en la película nunca existieron y el edificio no está al lado del Tiber, es la distribución del público, ya que las mujeres no se situaban tan cerca de la arena como sale en la peli. También podéis haceros una idea de cómo era el Ludus Magnus, en el que se hospeda y entrena el protagonista, Máximo. Antes también he mencionado a Commodo, que tal y como sale en la película, era un “forofo” de los combates entre gladiadores e incluso llegó a participar en varios. Pero pese a esto, nunca llegó a morir en la arena, sino que murió envenenado. En el siguiente enlace tenéis toda una serie de curiosidades y fallos de la película: http://tepasmas.com/curiosidades/gladiator?page=0,2







En esta escena os podéis hacer una idea de lo impresionante que podía llegar a ser el Coliseo desde la arena. Con miles de personas gritando y pidiendo sangre. En ella se recrea la Batalla de Zama, de la Segunda Guerra Púnica, entre Roma y Cartago. Podéis ver la escenografía y también los subterráneos, con todo el mecanismo para subir y bajar cosas a la arena. También aparece el pulvinar o palco donde se sentaba el emperador y el famoso saludo de los gladiadores. La imagen no es muy buena pero sirve para que os hagáis una idea. 

También tengo que mencionar, aunque no salga el Coliseo, pues se desarrolla como un siglo antes, la película Espartaco de Stanley Kubrick (1960) y la serie del mismo nombre, donde aparece la historia real del famoso gladiador que desafío a un Imperio, y sus desventuras como gladiador. Os podéis hacer una idea de las desventuras que podía vivir un gladiador.

Respecto a las ejecuciones, me viene a la mente la película de Quo Vadis de Mervyn LeRoy (1951): en ella arrojan a un gran número de prisioneros cristianos a los leones y a otros tantos los crucifican, aunque no se realizan en el Coliseo, puesto que todavía no se había construido. En la peli también se muestra como el emperador Nerón ordena incendiar la ciudad de Roma a fin de "recibir la inspiración" para componer sus versos y canciones con mayor "realismo y creatividad". Pero como ya sabemos, Nerón no fue el culpable, sino que fue algo accidental. 

Por último quería que vierais este documental del Canal Historia en el que se explica con más detalle lo explicado en este blog. 






Como os conté en la entrada sobre mi viaje a Roma he podido visitar el Coliseo en tres ocasiones y las tres veces me ha sorprendido y sobrecogido. Es impresionante, tanto por dentro como por fuera. Y espero que sabiendo un poco la historia y forma en que lo construyeron os ayude a entender la importancia de este edificio para la historia y el arte. No dejéis de visitarlo, pues es un monumento que hay que ver al menos una vez en la vida. Ya os informé sobre la visita al edificio, así que espero que lo disfrutéis. Un saludo!!!