Hola a tod@s! Siento no haber podido escribir en estos últimos meses, pero la verdad es que no he encontrado tiempo por ningún lado. Espero poder hacerlo muy pronto, y para ir abriendo boca os traigo una curiosidad que me ha llamado mucho la atención y que he leído en la web "Historias de la historia".
Retrato del Conde Duque de Olivares, 1634 |
En la web, Javier Sanz nos responde a la pregunta de por qué Velázquez pintaba los caballos tan gordos. Según él existen varias teorías:
Una de ellas es que Velázquez pretendía mostrar a los caballos robustos y vigorosos porque eran las características más destacas de la raza creada para la caballería española, fruto del cruce de caballos flamencos y andaluces.
Otra teoría es que los retratos ecuestres pintados por Velázquez estaban destinados a las puertas del Salón de los Reinos del palacio del Buen Retiro, a una altura de unos cinco metros del suelo, y al verse desde abajo, la perspectiva debería proporcionar unas formas perfectas.
Pero la teoría más curiosa es la que cuenta que los caballos tenían esas hechuras porque eran “modelos” muertos. Parece ser que se colgaban los caballos y, tras varias horas o días “posando“, los gases propios de la descomposición del cadáver lo abombaban y deformaban.
Esta última teoría me ha resultado de lo más sorprendente porque sabía que se utilizaban como modelos a personas muertas, para los cuadros en los que aparece algún personaje fallecido, pero no tenía ni idea de que también se usaban caballos muertos y menos para representar a caballos que aparecen "vivitos y coleando" en las pinturas. La verdad es que pensaba que tomaban apuntes y realizaba estudios al natural y luego en el estudio representaba al caballo a partir de esos apuntes. Pero ahora fijándome bien en los rostros de los dos ejemplos que os he puesto, el retrato del Conde Duque de Olivares y el del príncipe Baltasar Carlos, sobre todo en este último, se ve el rostro del animal sin vida, sin expresión ninguna. Así que pienso tiene mucho sentido esta teoría. Como dice el dicho "nunca te acostarás sin saber algo nuevo".
Retrato del príncipe Baltasar Carlos, 1635-36 |